José Francisco de San Martín y Remedios de Escalada se casaron el 12 de setiembre de 1812, en la Catedral de Buenos Aires. El tenía 34 años y ella 14 años.
Corría 1812, el segundo año de gobierno patrio cuando se produjo este encuentro.
Fue en una de las tertulias de los Escalada o en lo de Mariquita Sánchez de Thompson donde el teniente coronel, de 34 años, conoció a Remedios, de 14. Los únicos encantos de San Martín por aquel entonces, se reducían a su facilidad para el baile y para cantar y tocar la guitarra.
Remedios había nacido en la ciudad de Buenos Aires el 20 de noviembre de 1797, hija de Antonio José de Escalada y de Tomasa de la Quintana. La casa de los Escalada,era un lugar obligado para los que querían hacer política.
Al conocer a San Martín, Remedios se deslumbró a tal punto que rompió el compromiso que tenía con Gervasio Dorna, un joven de 22 años que como consecuencia prefirió abandonar Buenos Aires y enlistarse en el ejército de Belgrano. Moriría en el combate de Vilcapugio, el 1 de octubre de 1813. Cuando San Martín pidió la mano de Remedios, la que puso el grito en el cielo fue su futura suegra, Tomasa, a quien nunca le agradó. Ante sus ojos el era «el soldadote» o «el plebeyo».
Claro que San Martín no se las hizo fácil. En una cena en lo de los Escalada en pleno noviazgo, cuando vio que su edecán había sido enviado a comer a la cocina junto a los sirvientes se levantó y fue a comer con él.
Más allá de cualquier obstáculo, el 12 de septiembre de 1812 María de los Remedios y José Francisco se casaron con la bendición del padre Luis Chorroarín en la Catedral porteña. Fueron testigos Carlos María de Alvear y su esposa, Carmen Quintanilla.
La fiesta fue en la casa de los suegros. Los recién desposados fueron de luna de miel a una quinta en San Isidro, que era de María Eugenia, la hermana mayor de Remedios.