París se liberaba de la ocupación nazi

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    El viernes 25 de agosto de 1944, las fuerzas aliadas entraron triunfantes en la capital francesa, dando un golpe mortal a la ocupación del ejército de Adolf Hitler, que se extendió durante cuatro años.

    El 19 de agosto de agosto de 1944, la resistencia francesa -integrada por policías, militantes comunistas y ciudadanos comunes- tomó las armas para deshacerse de la opresión nazi tras más de cuatro años. Luego de seis días de enfrentamientos callejeros en una ciudad repleta de barricadas, a los insurgentes se les unieron soldados franceses, españoles y estadounidenses para consumar la liberación definitiva de París.

    «¡París indignado! ¡París roto! ¡París martirizado! ¡Pero París liberado! Liberado por sí mismo. Liberado por su gente», afirmó el general Charles de Gaulle al regresar desde Londres a la capital gala el 25 de agosto de 1944 en su mítico discurso en el Palacio de Chaillot.

    Poblada por dos millones de personas, París era un símbolo político y propagandístico de enorme importancia. Una ciudad humillada, con la esvástica flameando en la Torre Eiffel, mientras sus ciudadanos soportaban penurias.

    No obstante, la cercanía de las tropas aliadas, mantenían la esperanza en la población.

    Más de dos meses después del Día D, el desembarco y los bombardeos sobre las costas de Normandia del 6 de junio de 1944, los aliados angloestadounidenses permanecían enfrascados en una feroz batalla contra los alemanes en el norte de Francia.
    Recién a mediados de agosto, gracias al dominio aéreo y la superioridad numérica, los aliados lograron romper el cerco alemán, mientras en París comenzaba a gestarse la rebelión.

    «La batalla de Normandia, mas larga de lo previsto, no había terminado del todo cuando comenzó la insurrección, es algo sorprendente porque fueron la Resistencia, los comunistas y los policías quienes tomaron la iniciativa», aseguró en dialogo telefónico con Télam el historiador Christian Chevandier.

    «Es difícil entender cómo solo en seis días el pueblo pudo deshacerse de su opresor. Hoy en día tenemos la impresión de que enseguida llegaron los tanques, pero recién lo hicieron cinco días después», agregó Chevandier, autor del libro «La liberación de París».

    La capital francesa se había convertido en un trofeo en disputa entre gaullistas y comunistas, que no ocultaban sus diferencias dentro de la Resistencia por el futuro control de la ciudad tras la retirada alemana.

    «El 19 de agosto, comunistas y gaulistas tomaron la sede de la Policía, una comisaría frente a la catedral de Notre Dame, en momentos que los aliados estaban a 200 km. Una verdadera batalla de un día en el corazón de París que permitió instalar la determinación de la insurrección entre los parisinos», apuntó Chevandier.

    «Dos días mas tarde, la ciudad repleta de barricadas derivó en un escenario de batallas callejeras que tuvo rápidos progresos», añadió.

    Frente a ese escenario, el jefe militar alemán del Gran París, el general Dietrich von Choltitz recibió órdenes de Adolf Hitler de suprimir «sin piedad» la rebelión.

    Sin los medios para detener la asonada popular, Choltitz recibió una nueva orden del führer para poner en práctica una destrucción selectiva de los servicios públicos, las industrias, edificios emblemáticos y decenas de puentes sobre el río Sena.
    Dos días antes de que París fuera liberada, Cholitz recibió una orden más rotunda: destruir la ciudad.

    «El miedo a que los alemanes explotaran París era real. Por eso los gaullistas no querían lanzar la insurrección», confió Chevandier.

    «Hay muchas teorías y hasta películas sobre lo que hubiera sido la explosión de París. Inclusive se trató de darle una dimensión humanista al general Choltitz, un criminal de guerra, que bombardeó Rotterdam y Sebastopol. No es fácil destruir una ciudad, hay que dominar el espacio urbano y ese no era el caso a mediados de 1944. Además, no contaban con los explosivos necesarios», resumió el historiador francés.

    De Gaulle solicitó ayuda a Estados Unidos, pero ante la negativa amenazó al presidente Dwight Eisenhower con ordenar al general Philippe Leclerc que se dirigiera por su cuenta hacia París.

    De Gaulle quería evitar una repetición de la sublevación de Varsovia, la capital de Polonia, que fue aplastada por los alemanes, con centenares de miles de muertos, mientras las tropas soviéticas esperaban en las afueras de la ciudad.De paso, De Gaulle deseaba hacerse con el poder en Francia.

    Conocedor del valor simbólico de París, Eisenhower finalmente aceptó que la división de Leclerc, se apartara del frente y se dirigiera hacia la capital francesa junto a la 9na. división de blindados compuesta por españoles republicanos y anarquistas que habían luchado contra Franco.

    La llegada de los militares marcó la estocada final a la ocupación nazi que el 25 de agosto por la tarde se rindieron. Los soldados alemanes, demacrados y aterrorizados, comenzaron a salir de sus escondites, con las manos en la cabeza, insultados, escupidos y hasta linchados en algunos casos.

    Fuente: https://www.telam.com.ar/notas/201908/386769-hace-75-anos-paris-se-liberaba-de-la-ocupacion-nazi.html

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