Francisco Pascasio Moreno nació en la ciudad de Buenos Aires en 1852 en una familia patricia acomodada. Hijo de Francisco Facundo y Juana Thwaites, tuvo tres hermanos menores y una hermana mayor. Su padre había estado exiliado en Uruguay durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas y su madre era hija de un oficial británico que había sido capturado en el transcurso de la segunda de las Invasiones Inglesas, en 1807, y que luego se radicó en el Río de la Plata.
A partir de 1863 estudió en el Colegio San José, a cargo de los Padres del Sagrado Corazón de Jesús de Bétharram (Padres Bayoneses) y desde 1866 en el Colegio de la Catedral al Norte. Desde pequeño mostró interés por la naturaleza. A los doce años fundó, junto con sus hermanos, un museo de historia natural. A los veintiún años fue designado miembro de la Academia de Ciencias Exactas de Córdoba.
En 1885 contrajo matrimonio con María Ana Varela, nieta del escritor Florencio Varela, y de esta unión nacieron siete hijos, tres de los cuales fallecieron antes de cumplir los tres años de edad.
Fue, a partir de 1885, miembro de la «Sociedad Exploradora de Paramillos de Uspallata”, en la Provincia de Mendoza, que contrató para el proyecto de minas al ingeniero Germán Ave Lallemant. Este fue quien se encargó de supervisar técnicamente la instalación de grandes plantas de laboreo minero en la precordillera, a 3000 m.s.n.m., en las cercanías de la actual localidad de Uspallata.
En 1897, en los viajes que realizó a Chile como perito en límites, cruzó la cordillera de los Andes a lomo de mula junto con su esposa, y sus cuatro hijos, acompañados por el Dr. Clemente Onelli. En junio de 1897 quedó viudo como consecuencia del fallecimiento de su esposa de fiebre tifoidea, a los 29 años de edad.
En 1900 viajó junto con sus hijos a Londres, por trámites relacionados con el litigio limítrofe con Chile, en donde dejó a sus hijos varones internados como pupilos en Clayesmore, una prestigiosa escuela inglesa. En 1903 falleció uno de sus hijos. Ante tamaña desventura emprendió un nuevo viaje a la Patagonia para mitigar su pena.
Moreno tuvo un espíritu altruista, especialmente hacia la niñez. Adhiriendo a la coherencia de sus propias aseveraciones:en 1904 creó los comedores escolares donde, diariamente, se servían 350 platos de sopa costeados por él. Para hacer frente a los gastos, vendió las tierras que el Gobierno argentino le otorgó como reconocimiento por su trabajo como perito de límites.
En 1910 fue nombrado diputado nacional. También asumió la presidencia de la Sociedad Estímulo de Bellas Artes.
El 4 de julio de 1912 constituyó la Comisión Organizadora del Movimiento Scout en la Argentina, creando una institución que se denominó en sus primeros tiempo “Asociación de Boy Scouts Argentinos. También en este año es nombrado vicepresidente del Consejo Nacional de Educación.
En 1874, Francisco Moreno emprendió su primer viaje a la Patagonia, impulsado por un espíritu de aventura, el interés por aprender sobre la geología, la historia natural, la flora y fauna de la región. A su paso por la localidad de Carmen de Patagones, ya había recolectado numerosos cráneos, puntas de flechas, puntas de lanza y sílices tallados. Estos cráneos, dan origen a nuevos estudios antropológicos que fueron publicados en París por el profesor Brocca y despertaron el interés de estudiar a las razas indígenas de América del Sur.
A partir de 1874 las autoridades argentinas le encomendaron al joven Moreno sucesivas expediciones de exploración que tuvieron un doble objetivo: consolidar la soberanía argentina y recabar datos para el avance de las ciencias. En julio de 1874, durante la presidencia de Domingo Faustino Sarmiento, recibió el encargo del Ministro de Relaciones Exteriores de Argentina, Dr. Carlos Tejedor, de investigar las inmediaciones de la bahía Santa Cruz. Moreno embarcó en el bergantín “Rosales” para explorar dicha zona donde existía un asentamiento de colonos chilenos. A su regreso, viajó a Entre Ríos para comparar la formación terciaria de la Patagonia con la de las Barrancas del Paraná. Alentados por sus logros la Sociedad Científica Argentina y el gobierno de la Provincia de Buenos Aires le brindaron apoyo financiero para realizar nuevos viajes a la Patagonia, recorrer territorio inexplorado y estudiar la cultura indígena.
En septiembre de 1875, comenzó una nueva expedición al sur. En las playas de Pehuen-Co, a 100 km de Bahía Blanca, estudió yacimientos fósiles relevados con anterioridad por Darwin. Siguió rumbo al sur, queriendo cruzar los Andes a través del lago Nahuel Huapi e intentar llegar a Chile por el paso “Pérez Rosales,” haciendo el camino inverso al de Guillermo Cox. Bordeó el río Limay y se encontró con el cacique Saihueque en la zona de Collón Cura, para solicitarle ayuda y permiso para encontrar el paso que lo conduzca a Chile. Sin embargo Saihueque y su consejo tribal -molestos por acciones del gobierno- le negaron el paso a Chile, por lo que Moreno recorrió la zona de Pehuenia y el 22 de enero de 1876, a los 23 años de edad, fue el segundo hombre blanco que llegó al lago Nahuel Huapi desde el océano Atlántico, allí izó la bandera argentina, y posteriormente emprendió el regreso a Buenos Aires. En este recorrido Moreno se puso en contacto con las naciones indígenas de la Patagonia, recolectando valiosos datos y materiales sobre estos indios. Moreno quedó muy impresionado por el drama de estos pueblos despojados de sus tierras ancestrales. Por ello trató de humanizar las relaciones entre el gobierno argentino y los pueblos indígenas, abogando por la entrega de tierras a los aborígenes y el establecimiento de escuelas para sus hijos.
En Buenos Aires preparó una nueva expedición cuyo fin fue reconocer el río Santa Cruz. En julio de 1876, el presidente Nicolás Avellaneda, brindó su apoyo a Moreno y le facilitó un ayudante para relevar la cartografía y la topografía de dicha zona. La cuestión de límites con Chile preocupaba a Moreno; especialmente que el tema fuera discutido por personas que no conocían la Patagonia como para tener elementos de juicio precisos y fundamentados sobre los límites de la cordillera y la divisoria de las aguas.
En octubre de 1876 regresó a la Patagonia junto a Carlos Berg en la goleta “Santa Cruz” al mando del Comandante Luis Piedrabuena. La nave fondeó en la desembocadura del río Chubut, donde Moreno recorrió la colonia galesa obteniendo gran cantidad de fósiles marinos. Luego de tres meses, la nave zarpó nuevamente, llegando a la boca de río Santa Cruz el 21 de diciembre. Remontó el río y lo recorrió en toda su extensión, llegando hasta sus nacientes el 15 de febrero de 1877. Allí, como defensor de la soberanía de Argentina sobre esas tierras, bautizó al lago que da origen al río con el nombre de lago Argentino y llegó a estar muy cerca del imponente glaciar que luego fue designado en su honor, aunque sin llegar a verlo. En su contacto con los indígenas tomó apuntes de su idioma, queriendo escribir un diccionario tehuelche. En febrero, descubrió y bautizó el lago San Martín, avistando el lago Viedma y el cerro Chaltén, al que identificó erróneamente como un volcán y lo designó con el nombre de Fitz Roy. Esa expedición la realizó junto al Grumete Abelardo Tiola.
En 1879, durante la Conquista del Desierto, fue jefe de una nueva expedición al sur, para determinar los límites entre Chile y la Argentina.
El 1° de abril de 1879 aceptó el encargo, solicitando, como única recompensa que todos los objetos coleccionados durante la expedición sean incorporados al Museo bajo su dirección. Estudió en su expedición los aspectos geológicos del trayecto desde puerto San Antonio a Nahuel Huapi, para la futura construcción de una línea de ferrocarril que, atraviese la Patagonia y una el Atlántico con el océano Pacífico. Esta fue su segunda visita a Nahuel Huapi, y comenzó a pensar en reservar esas tierras para la creación de un parque nacional. Avanzando a través de las tolderías, llegó hasta un lago al que bautizó lago Gutiérrez en memoria de su antiguo maestro. Era territorio mapuche, y los expedicionarios cayeron prisioneros de los indios, aunque lograron huir durante la noche.
En 1883 la Sociedad Geográfica de Francia le otorgó la medalla de oro.
Por sus conocimientos de la región andina austral fue designado en 1896, perito de la Comisión de Límites entre Argentina y Chile. También participaron Clemente Onelli, como Secretario General, y Emilio Frey, como Topógrafo. El arbitraje le permitió a la Argentina retener 1800 leguas cuadradas de tierras.
Sus viajes significaron descubrimientos geográficos de trascendencia, permitiéndole conocer, palmo a palmo, el suelo austral argentino y encarar, con acierto, la defensa de los derechos de Argentina, en la controversia de límites con Chile. Los datos que aportó abrieron nuevos horizontes a la antropología sudamericana y posibilitó que varios científicos europeos se abocaran a estudiar las razas originarias de América del Sur..
En septiembre de 1911, Arturo Penny contactó a Francisco P. Moreno para introducir el Movimiento Scout en los colegios de Barracas. En tres meses, el Perito Moreno impulsó personalmente la constitución de la 3.er Compañía de Scouts de Barracas (en el presente 3.er Compañía Scout Coronel Pringles).
En 1912, surgió la idea de crear una asociación nacional que institucionalice el ya numeroso movimiento de scouts en Argentina.
El 4 de julio de 1912, en la casa del Perito Moreno (en la calle Caseros 2841 de la ciudad de Buenos Aires), junto a otras personalidades destacadas resolvieron constituir la Comisión Organizadora del Movimiento Scout en la Argentina, creando una institución que se denominó: “Asociación de Boy Scouts Argentinos”, siendo sus fines: ser un medio de estimular en la vida de niños y jóvenes de la República, el gusto por las excursiones al aire libre, la observación de la naturaleza, el culto del honor, la lealtad y la honradez, el dominio y respeto de sí mismo y de los demás, el amor al prójimo, a la familia a la patria y a la humanidad.
El primer Presidente fue Francisco P. Moreno, quien fue sucedido, en 1914, por el Teniente General Pablo Riccheri.
Francisco P. Moreno fue el primer argentino que propició la creación de parques nacionales en su país3.
Al igual que el Dr. Exequiel Bustillo, Moreno sostenía lo mismo que uno de los propiciadores del Yellowstone National Park de los Estados Unidos, John Miur: que de los posibles usos que presionarían sobre los Parques, el turismo era la alternativa de uso más manejable y contribuyente.4
Los conocimientos de la región andina austral, su tesón y habilidad como Perito de la Comisión de Límites entre Argentina y Chile, y la defensa que hace frente al tribunal arbitral británico de la posición Argentina, permieron que, al finalizar el arbitraje, la Argentina retuviera 1800 leguas cuadradas de territorio. Por ello, en 1903 el gobierno argentino -en agradecimiento y a través de la sanción de la Ley 4.192- le otorgó a Moreno, 25 leguas cuadradas de tierras fiscales, en un sitio de su elección.
Con un espíritu generoso, de estas tierras, 22 leguas cuadradas las vendió para financiar comedores para desposeídos, y las restantes -ubicadas en la región oeste de los territorios de Neuquén y Río Negro, en el extremo oeste del fiordo principal del lago Nahuel Huapi- las donó al gobierno con la condición de que fueran preservadas intactas, previendo la necesidad de la conservación del ambiente que sobrevendría en los años venideros. El 1 de febrero de 1904, el gobierno aceptó la donación de Moreno y reservó la zona indicada. Recién en 1916 y por decreto de fecha 26 de mayo se nombró un encargado de esta reserva, primera en todo el territorio argentino; se la llamó Parque Nacional del Sur y luego constituiría el Parque Nacional Nahuel Huapi. Dn. Jorge Newbery, poblador de la región, aceptó el cargo ad-honorem
El «Museo Arqueológico y Antropológico» fue fundado en octubre de 1877 en la ciudad de Buenos Aires, por esa época capital de la provincia homónima. Este museo integraba colecciones conformadas por 15.000 ejemplares de piezas óseas y objetos industriales donadas por Moreno, designado Director Vitalicio del mismo.
Entre 1882 y 1891, Moreno realizó viajes a Córdoba, San Luis, Mendoza y San Juan, en busca de artefactos de culturas precolombinas y de yacimientos fósiles. En 1891, descubrió los petroglifos de Canota, en las cercanías del monumento del mismo nombre, sobre la ruta provincial 52, en la provincia de Mendoza. En ese momento, era socio de la «Sociedad Exploradora de Paramillos de Uspallata», que explotaba las minas del lugar.
Para esa época, el Museo provincial ya no podía albergar tamaña colección, por lo que surgió la idea de reemplazarlo por un edificio más acorde con la calidad del material estudiado.
A partir de la federalización de la ciudad de Buenos Aires, en 1880, y la fundación de la ciudad de La Plata como nueva capital de la provincia en 1882, el gobierno provincial dispuso el traslado de las colecciones de Moreno a esta ciudad en junio de 1884 y la construcción de un edificio que la albergara, cuya obra comenzó en octubre de ese mismo año. Fue entonces cuando Moreno también donó 2.000 volúmenes de su biblioteca particular.
Piedras colectadas por Francisco Moreno en su niñez. Sala La Tierra. Museo de La Plata.
Moreno donó toda su colección personal de piezas arqueológicas, antropológicas y paleontológicas para la fundación del «Museo de La Plata». Se dedicó gestación y organización del mismo, que fue inaugurado en el año 1885 y en el que, luego, fue nombrado director vitalicio.
En 1887 creó la Biblioteca Provincial que el 12 de agosto de 1905 fue traspasado como una dependencia de la Universidad de La Plata. Este patrimonio se encuentra en la actualidad en la Biblioteca Pública de la Universidad Nacional de La Plata construida entre 1934 y 1935 frente a la Plaza Rocha de la Ciudad de la Plata.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Francisco_Pascasio_Moreno#:~:text=Francisco%20Pascasio%20Moreno%2C%20tambi%C3%A9n%20conocido,del%20Ochenta%20de%20la%20Argentina.