Hipólito Vieytes es uno de los hombres de mayo que poco se conoce. Su vida pública va desde una actuación destacada en el periodismo de principios del S.XIX hasta el Secretario del Poder Ejecutivo de este tiempo. Fue desterrado y murió en esa circunstancia.
Juan Hipólito Vieytes nació en San Antonio de Areco, el 12 de agosto de 1762. Siendo todavía un pequeño niño, su familia se mudó a Buenos Aires e inscribió a él y a su hermano en una escuela jesuita, el Real Colegio de San Carlos.
Participó en las Invasiones Inglesas de los años 1806 y 1807 y durante la Reconquista de Buenos Aires, logrando el grado militar de capitán.
Comenzó a actuar en política y la introdujo en su vida social, comenzando a formar parte de las reuniones en salones de casas privadas donde se conversaba sobre distintos temas. En Buenos Aires, una de las sedes más conocidas de estas reuniones en la primera década del siglo XIX, fue la llamada «jabonería de Vieytes», en lo que era una fábrica de jabón perteneciente a Nicolás Rodríguez Peña y a Hipólito Vieytes. Allí se reunían los patriotas desde 1809, donde debatían las ideas que luego darían inicio a la futura revolución.
En 1810 apoyó la Revolución de Mayo y asistió al cabildo abierto del 22 de mayo. Fue nombrado comisionado de la Junta Provisional Gubernativa, cargo del que fue separado por negarse a fusilar a Santiago de Liniers. Tras el fallecimiento de Mariano Moreno, lo reemplazó como secretario de la Junta Grande, hasta 1811. Desde ese cargo desconoció al virrey Elío, asentado en Montevideo, prohibió el comercio con la costa oriental del Río de la Plata, suspendió el confinamiento a los españoles y fomentó el alistamiento en el ejercito de hombres entre 14 y 45 años.
Fue miembro de la «Sociedad Patriótica», asociación de revolucionarios rioplatenses creada por Manuel Moreno en marzo de 1811, con el fin de proclamar la independencia del Río de la Plata. Compartió estas ideas junto a otros morenistas como Juan Larrea, Agustín José Donado, Juan José Paso, Domingo French, Julián Álvarez y Nicolás Rodríguez Peña, entre otros.
Producto de la revolución del 5 y 6 de abril de 1811, varios dirigentes morenistas, incluidos Hipólito Vieytes, su hermano el sacerdote Ramón Vieytes, el coronel Domingo French, el teniente coronel Antonio Luis Beruti, Gervasio Antonio de Posadas y Agustín José Donado, fueron condenados al destierro, siendo trasladados inmediatamente a la Villa de Luján.
A fines de ese año, sin embargo, una revuelta del partido derrocado en abril llevó a la conformación del Primer Triunvirato, que ordena la libertad de los desterrados. Vieytes no se apuró a llegar a la capital, y solamente al año siguiente se incorporó al gobierno como miembro de la Cámara de Apelaciones, que reemplazó a la Real Audiencia, junto con Larrea. Participó de la Asamblea del año XIII, fue intendente general de policía en Buenos Aires y redactó su reglamento. Aliado de Carlos María de Alvear, con la caída de éste en abril de 1815, fue procesado por abuso en la administración pública y se lo desterró a San Fernando, se le trabó embargo de sus bienes, y se le levantó inventario de su biblioteca. Por orden del nuevo director supremo Ignacio Álvarez Thomas el proceso fue suspendido por su delicada salud. Vieytes falleció en su destierro de San Fernando pocas semanas más tarde.