El 16 de enero de 1991 comenzó la guerra entre la coalición internacional (liderada por EE.UU.) e Iraq.
Tras la invasión de Kuwait por Sadam Husein el 2 de agosto de 1990 el presidente George H. W. Bush había buscado apoyos tanto en Oriente Próximo como en Occidente para abordar la situación.
A partir de noviembre comenzaron los preparativos de la operación.
El 29 de ese mes el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobó la resolución 678 que daba cobertura legal a una intervención militar después del 15 de enero de 1991.
En las primeras horas del 17 fuerzas aéreas estadounidenses destruyeron el sistema de radares iraquí y bombardearon masivamente objetivos militares, al tiempo que se lanzaban misiles crucero Tomahawk desde la flota desplegada en el golfo Pérsico y el mar Rojo.
La operación se llamó “Tormenta del desierto”.