El brillante Louis Pasteur

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    Pocas personas han salvado más vidas que Louis Pasteur.
    Las vacunas que desarrolló han protegido a millones.
    Al entender que los gérmenes causan enfermedades revolucionó la atención médica.
    Y encontró nuevas formas para hacer que los alimentos que consumimos no nos hicieran daño.
    Definitivamente, Pasteur fue un químico que cambió nuestra interpretación de la biología en forma fundamental. Pero además, al examinar paso a paso su vida, se hace evidente que estuvo a la vanguardia de una nueva rama de la ciencia: la microbiología.
    Louis Pasteur era el hijo de un sargento de las guerras napoleónicas, que creció amando apasionadamente a su nativa Francia.
    Pasó su niñez en el macizo del Jura, en el este de Francia.
    No se destacó como alumno y era un apasionado del dibujo y la pintura. De niño, hizo una serie de retratos de su familia que revelan un buen ojo para la precisión y los detalles.
    Sus profesores alentaron ese lado artístico, pero su padre consideraba que pintar era una indulgencia: lo que importaba era el trabajo sólido escolar, así que Pasteur estudiaba con tesón.

    Un descubrimiento asombroso sobre los pilares de la vida
    Pasteur empezó su carrera en química con un empleo en la Universidad de Estrasburgo y pronto hizo un descubrimiento revolucionario: demostró que moléculas idénticas podían existir como imágenes espejo (o versiones «zurdas» y «diestras»).
    Notó que las moléculas producidas por los seres vivos siempre eran zurdas.
    El descubrimiento fue un avance fundamental para la microbiología, que apuntaló el desarrollo moderno de las medicinas y hasta nuestra comprensión del ADN.
    A los 25 años de edad, Pasteur ya había hecho lo que se puede considerar como su contribución más profunda a la ciencia.
    Desmiente una teoría sostenida desde los tiempos de Aristóteles
    Los conocimientos de química le ayudaron a Pasteur a resolver una de las más grandes cuestiones de la biología del siglo XIX.
    Durante 2.000 años la gente había creído que la vida aparecía espontáneamente, de manera que -por ejemplo- las pulgas salían del polvo y los gusanos de la carne muerta. Además, que las enfermedades brotaban de adentro del cuerpo, cuando los humores se desequilibraban.
    Pasteur finalmente comprobó que esa teoría era errada por medio de un elegante experimento: expuso un caldo recién hervido al aire, pero con filtros, para que no pasara nada más que el aire limpio, y nada creció en el caldo.
    Demostró que la comida se pudría debido a la contaminación de los microbios que estaban en el aire. Y argumentó que estos podían causar enfermedades.
    Esa «teoría de microbiana de la enfermedad» fue controvertida, entre otras razones porque Pasteur no era un médico sino un químico, pero llevó al desarrollo de antisépticos y cambió la asistencia médica para siempre.

    Inventa la pasteurización
    Pasteur se había dado a conocer con la teoría microbiana. Fue entonces cuando Napoleón III lo consultó debido a un problema complejo que tenía la industria vinícola francesa.
    El buen vino francés era muy apreciado en toda Europa. Pero los productores estaban perdiendo dinero cuando las botellas se dañaban en tránsito.
    Pasteur se dio cuenta de que eso se debía a la contaminación, pero si se hervía el vino para matar a las bacterias, sabía horrible.
    En una serie de cuidadosos experimentos, Pasteur descubrió que calentar el vino a 55º, mataba a las bacterias sin arruinar el sabor.
    Ese proceso, que después se conoció como la pasteurización, salvó a la industria vinícola y consolidó la fama de Pasteur.
    Hoy en día es usada extensamente para evitar que la comida se contamine.

    Rescata la industria de la seda
    La industria de la seda estaba en una crisis causada por una misteriosa enfermedad que atacaba al gusano de la seda.
    Así que sus representantes recurrieron al eminente científico, quien protestó diciendo que nunca había tocado a un gusano de la seda en su vida. No obstante, tomó la oportunidad de investigar el papel que jugaban los organismos microscópicos en la enfermedad.
    Le dedicó seis años al estudio, en el que lo asistió su esposa Marie, quien criaba los gusanos para los experimentos.
    Entendió que la infección era transmitida por parásitos y demostró que los gusanos infectados debían ser aislados y destruidos.
    Gracias a sus consejos, la industria de la seda sobrevivió, lo que implicó otro impulso para la economía francesa.

    Tragedias personales
    A los 45 años, Pasteur sufrió un derrame que paralizó parcialmente su lado izquierdo. Sus colegas montaron un laboratorio móvil para que pudiera trabajar en su lecho de enfermo.
    Pasteur tenía cinco hijos, pero sólo dos sobrevivieron la infancia.
    Esa dedicación era una característica de Pasteur, quien se sumergía en el trabajo cuando tenía que enfrentar pérdidas personales.
    Vivió en una era en la que los niños a menudo morían de enfermedades infecciosas.
    En 1859, perdió a su hija por tifoidea, un mal causado por comida y bebida sucia. En 1865, su segunda hija murió de la misma enfermedad. Otra hija pereció debido a un tumor en 1866.

    Una observación casual en el gallinero
    Las nuevas ideas de Pasteur sobre las enfermedades infecciosas lo llevaron a él y su cada vez más grande equipo a estudiar el cólera del pollo.
    Fue entonces cuando hizo otro descubrimiento histórico.
    Tras estar ausente durante un mes de su laboratorio, Pasteur les inyectó a sus pollos un viejo cultivo de bacterias.
    Las aves se enfermaron, pero no murieron como se esperaba.
    Además, se volvieron inmunes a la enfermedad.
    Pasteur se dio cuenta de que las cepas debilitadas de una enfermedad podían ayudar a que los animales desarrollaran inmunidad contra ellas.
    Un siglo antes, Edward Jenner había descubierto que el virus de la viruela bovina protegía contra la viruela.
    Pasteur había encontrado la manera de crear vacunas en el laboratorio.
    Fue un momento crucial en la lucha contra las enfermedades infecciosas.

    Ensayos con la vacuna contra ántrax
    El ántrax era fatal para los humanos y podía arrasar con poblaciones enteras de animales de granja.
    Quien pudiera prevenir la enfermedad no sólo salvaría vidas, sino que también se haría rico.
    El doctor alemán Robert Koch ya había encontrado la bacteria causaba el mal; Pasteur anunció que había descubierto la vacuna e inmunizó con éxito 31 animales, aunque estudios recientes de sus libretas de anotaciones han revelado que exageró sobre cuánto del trabajo era original y suyo: lo que hizo fue prestarse de los estudios de otros.

    Vacuna a un niño contra la rabia
    Aquel año concentró su atención en la rabia, una enfermedad mortal con síntomas horribles que causa una muerte lenta y dolorosa.
    Pasteur había ensayado una vacuna en perros, pero le preocupaba hacerlo en humanos.
    Se enfrentó a ese dilema con Joseph Meister, un niño al que lo había mordido un animal rabioso.
    No estaba seguro de que Joseph desarrollaría la versión humana de la rabia, pero ensayó el tratamiento de todas maneras.
    Joseph sobrevivió.
    El primer ensayo en humanos de una vacuna artificial fue otro hito, aunque cuando Pasteur escribió sobre sus experimentos después, volvió a exagerar, diciendo que había hecho más pruebas en animales de los que había hecho en realidad.

    Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias/2015/08/150707_iwonder_louis_pasteur_guerra_contra_germenes_finde_dv

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