El 13 de enero de 2006, se produce el llamado “Robo del Siglo”, en una sucursal del Banco Río de Acassuso en Buenos Aires.
Aquel día, los delincuentes lograron salir de un lugar del que parecía imposible: una manzana que estaba blindada por la Policía.
Luego de varias horas de negociación, quienes estaban apostados ahí decidieron ingresar a la sucursal y se encontraron con que ya no estaban: quedaban solamente los rehenes. Cuando fueron a las bóvedas, las cajas de seguridad estaban casi todas vacías. Se encontraron con un artefacto que pensaron que era una bomba, pero luego constataron que era algo de plástico, inofensivo. Además, un papel con la siguiente frase: “En el barrio de ricachones, sin armas ni rencores, es sólo plata y no amores”.
Al día siguiente, los investigadores resolvieron el misterio que los desvelaba: la banda se había ido por un boquete que luego de huir taparon con un mueble. Cargaron el botín en dos gomones y navegaron por el túnel de un desagüe fluvial y salieron por una alcantarilla, donde los esperaba una camioneta que tenía un agujeron en el piso.
Tardaron varias horas en repartir los 19 millones de dólares y los 80 kilos de joyas que robaron sin disparar un tiro. En rigor, no lo hubiesen podido hacer: tenían armas de juguete.
