Historia de la Basílica de Luján

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    El 4 de diciembre de 1910, fue bendecida e inaugurada la Bsilica de Luján.

    La Basílica había comenzado su construcción el 15 de mayo de 1887. Los arquitectos fueron los ingenieros Alfonso Flamand y Rómulo Ayerza, y los arquitectos Ulrich Courtois, Ernesto Moreau, Francisque Fleury Tronquoy, Sombrum, Trouve y Laspe.

    El Santuario Nacional por excelencia tiene una longitud de 104 m y su ancho es de 68,5 m en el crucero y de 42 m en el frente. Posee dos torres de 106 m de altura,​ con una gran cruz en cada una.

    La historia del lugar de su construcción tiene origen cuando en el año 1630 una imagen de la Virgen iba camino a Santiago del Estero cuando a la altura del Río Luján, los bueyes no avanzaron por un peso que les impedía seguir. Bajaron los bultos pequeños que llevaban, incluso el de la Virgen y las carretas siguieron, pero cada vez que subían en el de la imagen, las carretas no podían avanzar. La imagen fue llevada a un campo y los gauchos comenzaron a venerarla, Se fue haciendo popular. La protegía un esclavo.

    Hay otro suceso más trascendental que dio origen al actual edificio. En 1875, el padre Jorge María Salvaire, de origen francés y de 28 años, capellán de la Iglesia de Luján, había hecho una larga travesía a caballo a Salinas Grandes, a los toldos de Manuel Namuncurá. Pero habiendo llegado a Carhué, los indios, enardecidos por calumnias, lo acusaron de brujería y de haber llevado la viruela. Lo apresaron y saquearon, lo insultaban y, emborrachados, discutían su condena a muerte, que muchos pedían a gritos. En ese momento el padre hizo tres promesas a la Virgen de Luján, para el caso de que lo salvara en ese apuro: la de escribir su historia, la de propagar su culto y la de construirle un gran templo, que reemplazara al anterior. De inmediato llegó un joven indio que reconoció a Salvaire, lo tapó con su poncho y los demás cambiaron de actitud y lo dejaron ir. Con los años y a través de mil contratiempos fue cumpliendo sus promesas, y la última y titánica fue la edificación de la gigantesca, gótica y pétrea Basílica, para la que se inspiró en las de su tierra natal, en épocas de crisis, pero en las que colaboraron miles de personas de todas las condiciones. Murió cuando el templo, también diagramado por él, estaba ya en avanzada construcción.

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