Juan B. Terán. El hombre que diseñó el futuro del norte argentino

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    Juan Benjamín Terán nació en Tucumán, el 26 de diciembre de 1880. Se graduó en derecho en 1902 con una tesis sobre la Escuela histórica en derecho y en sociología en la Universidad de Buenos Aires. terán estaba convencido que para el desarrollo de su provincia y de la región no era suficiente la prosperidad económica de la misma, sino todo lo contrario, se necesitaba un crecimiento cultural y un desarrollo de una identidad regional.

    “La Generación del Centenario marcó en el país una época de gran relieve intelectual e indiscutible fortaleza y proyección de las instituciones. Auténticos prohombres, con visiones renovadoras y claros objetivos, nutrieron ese comienzo del siglo en que la Argentina ocupó en el mundo un lugar y un prestigio de país nuevo, con derroteros precisos. Juan B. Terán, tucumano de nacimiento y por compromiso de sangre, fue uno de esos preclaros varones que hicieron país con su pensamiento y sus acciones.
    Su amor por el terruño y su singular vocación de servicio, lo convirtieron en un lúcido protagonista de su tiempo que sirvió tanto desde lo social y lo político, cuanto desde las diversas ramas de las ciencias sociales, la literatura y la historia. Fue un hombre probo, visionario, entusiasta como pocos de las grandes causas, integrador de voluntades. Entre 1906 y 1912, es presidente cuatro veces de la Sociedad Sarmiento, entidad pionera del Tucumán, así como fundador -con Ricardo Jaimes Freyre y Julio López Mañán- de la Revista de Letras y Ciencias Sociales (1904-1907), considerada con justicia la más importante publicación sudamericana de su tiempo y de su tipo.

    Terán es elegido convencional constituyente en 1907 y diputado provincial entre 1906 y 1916, entrando en una esfera política que no figuraba en sus cálculos. No obstante, como lo señala el autor, este paso trascendente le permite elevar el proyecto de creación de la Universidad de Tucumán, proyecto que deberá esperar hasta 1912 para ser convertido en ley. Y como una coronación, ser rector de esa casa desde su apertura hasta 1929, prestigiándola y proyectándola con noble rigor. Educador infatigable, la obra de Terán en este campo culminará con la Presidencia del Consejo Nacional de Educación -ya en Buenos Aires- entre 1930 y 1932.

    Libros como La Universidad y la vida, Una nueva Universidad y Espiritualizar nuestra escuela, jalonan su sentir pedagógico tan firme y calificador. Pero Terán, hombre múltiple y de gran fuste intelectual, escribe e investiga sobre las raíces históricas, sobre el idioma polemizando con Lugones, sobre el país y su futuro. Ensayos, notas periodísticas, prólogos enjundiosos de importantes plumas, dan una cabal dimensión de su labor.

    Pero es sin duda su original visión del continente, editada en tres tomos, el aporte que quizá mejor lo ubica en el plano del pensamiento esclarecedor: El descubrimiento de América en la historia de Europa, El nacimiento de la América española y La salud de la América española , movilizan en la época a la reflexión analítica.

    Gran jurisconsulto, merece el nombramiento como ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, durante sus últimos tres años de vida. Asimismo, Miembro de Número de la Academia Argentina de Letras, de la Academia Nacional de la Historia y de la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires. Está la etapa del doctorado y de la formación del núcleo familiar, pasando por la edición de revistas y libros, la labor parlamentaria, el tránsito decisivo por los claustros universitarios, los reconocimientos públicos, la partida a Buenos Aires, donde residirá en sus últimos ocho años de vida.

    Fuente: https://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2011/05/14/arteyletras/ARTE-02.html

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