Manuel Ascencio Padilla, héroe revolucionario

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    Fue el esposo de Juana Azurduy y juntos pelearon en las guerras por la Independencia. Fue asesinado en el combate de La Laguna, en actual territorio boliviano.

    Don Manuel Ascencio Padilla Gallardo nació el 28 de septiembre de 1774 en la hacienda de Chipirina en Moromoro, Provincia Chayanta del Departamento de Potosí, hoy municipio de Ravelo, ubicado a 5 kilómetros del centro de la población. Sus padres fueron Don Melchor Padilla y Doña Eugenia Gallardo.

    Era hijo de un hacendado, habiendo pasado su juventud en el campo para posteriormente enrolarse en el Ejército donde participó en la represión del movimiento de Dámaso Catarí. No obstante su espíritu bélico se trasladó a la ciudad de la Plata (hoy Sucre) para estudiar Derecho en la Universidad de San Francisco Xavier, carrera que abandonó para contraer matrimonio con doña Juana Azurduy Llanos el año 1779.

    Inició su trayectoria patriótica colaborando al Ejército comandando las batallas de Tucumán y Salta (24/09/1812 – 20/02/1813), siguiendo por territorio potosino, sufriendo derrotas en Vilcapugio y Ayuma el año 1813. Los tres años siguientes fueron incesantes en la actividad guerrillera donde fue protagonista en la lucha de emancipación de Charcas, hoy Bolivia.

    Don Manuel Ascencio Padilla, habituado a la vida en batalla, perdió a tres de sus hijos y la totalidad de sus bienes. Aun así, Padilla volvió a La Laguna a mediados del año 1813, donde logró reunir un enorme contingente de casi 10.000 indígenas rebeldes, llamado por Bartolomé Mitre “La Republiqueta de La Laguna”.

    A partir de ese momento comandó una eficaz guerra de guerrillas consiguiendo importantes victorias en Mojotoro, Yamparaez, Tarabuco, Tomina y La Laguna, lugar donde después de una serie de batallas fue rodeado y vencido por el ejército realista en la batalla de La Laguna. Es entonces que el Coronel Aguilera, ordenó ejecutar a los prisioneros entre ellos a Manuel Ascencio Padilla en el año 1816. Su cabeza fue clavada en una lanza y expuesta en la plaza de aquella población que hoy lleva el nombre de este prócer de la emancipación del Alto Perú.

    Tras la muerte de Padilla, Juana Azurduy de Padilla decidió continuar en la guerra por la independencia.

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