Muere el vicepresidente Marcos Paz y queda acéfalo el gobierno nacional

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    El 2 de enero de 1868, la presidencia de Argentina quedaba acéfala. Ese día moría el vicepresidente Marcos Paz, que estaba a cargo de la presidencia, debido a que el titular del Poder Ejecutivo, Bartolomé Mitre estaba participando de la Guerra con el Paraguay.

    Marcos Paz fue víctima de la epidemia del cólera. En el momento de su fallecimiento estaba en su residencia de San José de Flores, después de breves días de enfermedad.

    Marcos Paz había nacido en Tucumán el 7 de octubre de 1811 y realizó sus estudios en Buenos Aires donde se recibió de abogado aunque tambien tuvo participación militar.

    El 16 de mayo de 1858 fue elegido gobernador de la provincia de Tucumán por el partido liberal. Aunque tuvo muchos problemas internos, logró fundar varias escuelas y una biblioteca, construir varios edificios públicos y organizar un censo.

    Fue electo diputado a la convención reformadora de la Constitución, tuvo una actuación destacada en las negociaciones con Buenos Aires que siguieron al pacto de San José de Flores, mudándose a esa Provincia. Allí se hizo amigo del gobernador Bartolomé Mitre y del general Paunero.

    Acompañó a Paunero en su campaña al interior del país, como enviado personal de Mitre. En Córdoba la legislatura eligió gobernador a Marcos Paz, el 16 de diciembre de 1861. Sin poder controlar el desorden interno de esa provincia renunciaría a fines de enero de 1862. Siguió su campaña hacia el norte y su labor fue terminar con los gobiernos con resabios federales o urquizistas. Regresó a Buenos Aires con el éxito de haber cambiado cinco gobernadores democráticamente electos y con el título de senador nacional. Fue elegido presidente del senado y llamó a elecciones, en las cuales el único candidato era Mitre. Pero hubo varios candidatos a vicepresidente, entre los cuales venció Marcos Paz.

    Asumió el cargo en octubre de 1862 y dedicó su mandato a organizar las actividades del Congreso y a nombrar a la primera Suprema Corte de Justicia de la Nación. Por lo demás, la primera mitad de su mandato fue bastante tranquila.

    Pero en 1865 estalló la guerra del Paraguay, y Mitre se hizo nombrar general en jefe de los ejércitos de la Triple Alianza. Se trasladó a Corrientes en junio de ese año, dejando en el cargo a Paz. Ingenuamente, creyó que podrían vencer en tres meses; les tomó cinco años.

    La gestión de Paz tuvo como objetivo casi exclusivo proveer a los ejércitos que llevaban adelante la guerra. Pero tuvo que enfrentar varias rebeliones federales que estallaron en el interior, de las cuales la más peligrosa fue la iniciada a fines de 1866 con la «Revolución de los Colorados» en Mendoza, que rápidamente se extendió por todo Cuyo y La Rioja. El propio Mitre tuvo que regresar del frente para dirigir la represión, que terminó siendo sorprendentemente corta: los dos mayores ejércitos federales fueron vencidos en dos batallas, casi el mismo día, y desde entonces sólo quedaron grupos aislados.

    La situación económica se hizo realmente peligrosa, y Paz era criticado con dureza; terminó llamando a Mitre de regreso, casi con desesperación. Pero Mitre, que no lograba resolver la guerra en el Paraguay, se quedó en el frente. Allí causó una terrible derrota en la batalla de Curupaytí, el peor desastre de las armas argentinas en toda su historia, de modo que los aliados brasileños sugirieron a Mitre que regresara a Buenos Aires.

    Para empeorar las cosas, los soldados que volvían del frente trajeron una epidemia de cólera, que causó miles de víctimas.

    El gobierno quedaba acéfalo, pues no se había dictado todavía ninguna ley para ese caso. Los ministros Guillermo Rawson, Lucas González, Marcelino Ugarte y José Evaristo Uriburu adoptaron la siguiente resolución:

    «Habiendo fallecido el vicepresidente de la República en ejercicio del poder ejecutivo, doctor Paz, y hallándose el presidente de la Nación al frente de los ejércitos aliados en operaciones contra el gobierno del Paraguay, sin que por la ley se haya provisto el desempeño de las funciones sometidas al jefe de la administración, según lo prescribe el artículo 75 de la Constitución, los ministros de Estado reunidos resuelven:

    «Comuníquese inmediatamente al presidente de la República a los objetos de la Constitución la muerte del vicepresidente encargado del poder ejecutivo.

    Mientras el presidente de la República se traslada a esta ciudad y reasume el ejercicio del poder ejecutivo, los ministros de Estado, en acuerdo general, tomarán las resoluciones que fuesen indispensables para la marcha regular de la administración, de lo que se dará oportunamente cuenta al jefe del Estado, adoptando cada uno para sí sólo las que correspondan al régimen económico de sus respectivos departamentos.»

    Mitre, al recibir la noticia de la muerte de Marcos Paz, delegó el mando de los ejércitos aliados en el marqués de Caxias y se trasladó a Buenos Aires, a donde llegó el 18 de enero.

    Aprobada la conducta de sus ministros, y habiendo éstos renunciando colectivamente para facilitarle la reorganización del gabinete, el nuevo gobierno fue constituido así:

    Domingo F. Sarmiento, en el ministerio del interior; Rufino de Elizalde, en relaciones exteriores; Cristóbal Aguirre, interino, en hacienda; Eduardo Costa, en justicia e instrucción pública; Wenceslao Paunero, en guerra y marina, interino. Como Sarmiento se encontrase en el exterior, el ministerio para el cual había sido designado fue desempeñado interinamente por Eduardo Costa; Sarmiento declinó el cargo.

    Fuente:
    https://www.historiahoy.com.ar/muerte-del-vicepresidente-marcos-paz-n1494
    https://es.wikipedia.org/wiki/Marcos_Paz

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