El Combate de Coronda se libra el 26 de mayo de 1821, entre las fuerzas del gobernador de Entre Ríos, Francisco “Pancho” Ramírez y su par de Santa Fe y antiguo aliado, Estanislao López.
El combate fue sangriento y terminó en victoria para López y la huida de Ramírez que poco después encontraría el fin de su vida.
A este combate se llegó cuando estos dos aliados se desconocieron después que López firmara el Tratado del Pilar a principios de 1820. Allí las provincias del Litoral se unían a Buenos Aires y se negaban a avanzar en la conquista de la Banda Oriental. Ramírez, que era hombre de Artigas, pero que se había quedado con el liderazgo de su tropa, se negó a obedecer las órdenes de Buenos Aires y de sus aliados, López de Santa Fe y Bustos de Córdoba, por lo que avanzó a enfrentarlos.
Desde Buenos Aires, Martín Rodríguez, mandó refuerzos en hombres y dinero para los gobernadores aliados, con Gregorio Araoz de Lamadrid, que fue sorprendido por Ramírez el 24 de mayo de 1821, en donde se hizo de caballos y municiones, pero perdió una parte importante de su tropa. Este hecho fue aprovechado por Estanislao López que lo enfrentó dos días después en el mismo lugar, Coronda y lo derrotó.
Ramírez huyo rumbo a Córdoba en busca de refuerzos, de los enemigos de Bustos y los encontró, pero no lograron acordar estrategias y así se debilitaron, lo que permitió que fuese capturado y muerto por las tropas del gobernador cordobés Bustos.
La cabeza de Ramírez fue entregada a Estanislao López quién la hizo embalsamar y colocar entre rejas en la plaza, cerca de las puertas del Cabildo santafesino. Las guerras civiles en el país seguían sembrando horror.