El 29 de julio de 1986 Argentina y Brasil sellaron su Acuerdo de Integración Económica. Ya el año anterior, en la Cataratas del Iguazú, habían inaugurado el puente de Amistad entre los dos países y comenzaron a sentar las bases del Mercado Común del Sur.
Los presidentes de Argentina, Raúl Alfonsín y de Brasil, José Sarney firmaron el 29 de julio de 1986 en Buenos Aires, los acuerdos económicos de integración mutua que servirían de basamento a un hipotético futuro mercado común latinoamericano.
Julio María Sanguinetti, por entonces primer mandatario uruguayo, se sumó como observador a la cumbre argentino-brasileña. Los protocolos relativos al intercambio de productos, bienes de capital y a cooperación sobre seguridad nuclear fueron 11 en total. Pero la importancia de los acuerdos era política, a escala binacional y subcontinental.
Con los acuerdos se quiso poner fin a los prolongados recelos y desacuerdos entre ambas naciones y dar pie a una lejana pero posible integración suramericana, impensable sin un acuerdo previo entre: las dos grandes potencias del Cono Sur.
Desde 1828, en que se formalizó el Estado uruguayo como república-tapón entre Brasil y Argentina, la desconfianza ha presidido las relaciones entre estos dos países. Estas diferencias llegaron a tal punto de incluir periódicos planes militares de invasión o defensa elaborados por los estados mayores de las dos fuerzas armadas.
Incluso varias carreteras estratégicas argentinas que conducen a Brasil se interrumpen ALGUNOS kilómetros antes de llegar a la frontera para evitar ser utilizadas en un primer escalón invasor.
El clima necesario para llegar a estos acuerdos de integración ha sido propiciado por las dificultades comerciales con Estados Unidos y el Mercado Común europeo y por el derrumbe de las dictaduras militares en el Cono Sur americano.
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