La masacre de Trelew

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La Masacre de Trelew se conoce al intento de fuga de detenidos políticos en el penal de esta ciudad, de los cuales solo seis lograron huir y otros 19 fueron recaprturados, siendo luego fusilados. 

La masacre de Trelew ocurridos en la madrugada del 22 de agosto de 1972 en Trelew, Argentina,​ consistió en el asesinato de 16 jóvenes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y Montoneros, presos en el penal de Rawson, capturados tras un intento de fuga y ametrallados posteriormente por marinos dirigidos por el capitán de corbeta Luis Emilio Salinas. Los sucesos tuvieron lugar en la Base Aeronaval Almirante Zar, una dependencia de la Armada Argentina próxima a la ciudad de Trelew, provincia del Chubut, en la Patagonia austral.

El 15 de agosto, a las 18:05, comenzó la fuga del Penal de Rawson, en la ciudad capital homónima de Chubut. El plan original era que se fugaran 110 detenidos en tres camiones, pero un tiroteo, hizo pensar al apoyo externo que la fuga había fracasado y los camiones se retiraron.

Los guerrilleros tomaron la cárcel rápidamente, pero como los camiones se habían retirado no fue posible el traslado masivo hacia el aeropuerto. Solo había un automóvil Ford Falcon que los esperaba, razón por la cual fue abordado por los seis líderes apenas 25 minutos después de iniciada la fuga.

Al llegar al aeropuerto, se encontraba en la pista un avión Bac 1-11 de la empresa Austral Líneas Aéreas que debían garantizar el control de la nave. El grupo guerrillero, vistiendo uniforme militar, simuló ser un contingente del Ejército que debía realizar la inspección del avión, pero una vez a bordo, el personal del aeropuerto se dio cuenta de que se trataba de una toma.

Una vez tomado el avión, el comando de apoyo pidió a los pilotos quedarse en la pista. Allí abordaron los miembros del Comité de Fuga y demoraron el despega en la esperanza de que más evadidos pudieran llegar a tiempo. A las 19.27, luego de una hora y media de iniciada la fuga, los miembros del Comité de Fuga decidieron despegar, sin saber que otros diecinueve guerrilleros habían conseguido otros tres automóviles para fugarse y estaban a solo cinco minutos del aeropuerto.

Los 19 guerrilleros decidieron tomar la terminal aeroportuaria de Trelew, en la que se encontraban unos pocos pasajeros y personal de las aerolíneas. Al mismo tiempo, un avión de Aerolíneas Argentinas que estaba por aterrizar fue desviado. Frustradas sus posibilidades de fuga y luego de dar una conferencia de prensa a cargo de Rubén Pedro Bonnet, se entregaron a los efectivos de la Armada que mantenían rodeada la zona, solicitando y recibiendo públicas garantías para sus vidas en presencia de periodistas y autoridades judiciales. Los hombres también pidieron retornar al penal de Rawson.

Una patrulla militar bajo las órdenes del capitán de corbeta Luis Emilio Sosa, segundo jefe de la Base Aeronaval Almirante Zar, condujo a los prisioneros recapturados dentro de una unidad de transporte colectivo hacia dicha dependencia militar. Ante la oposición de éstos y el pedido de ser trasladados de regreso nuevamente a la cárcel de Rawson, el capitán Sosa adujo que el nuevo sitio de reclusión era transitorio, pues dentro del penal continuaba el motín y no estaban dadas las condiciones de seguridad.

Al arribar el contingente al nuevo destino de detención, el juez Alejandro Godoy, el director del diario Jornada, el subdirector del diario El Chubut, el director de LU17 Héctor «Pepe» Castro y el abogado Mario Abel Amaya, quienes acompañaban como garantes a los detenidos, no pudieron ingresar con ellos y fueron obligados a retirarse.

A las 03:30 del 22 de agosto, en la Base Aeronaval Almirante Zar, los 19 detenidos fueron sorpresivamente despertados y sacados de sus celdas. Según testimonios de los tres únicos reclusos sobrevivientes, mientras estaban formados y obligados a mirar hacia el piso fueron ametrallados indefensos por una patrulla a cargo del capitán de corbeta Sosa y del teniente Roberto Bravo, falleciendo la mayoría en el acto, y algunos heridos fueron rematados con armas cortas en el piso. Al terminar los disparos, los siete sobrevivientes fueron llevados a la enfermería, pero no se les prestó ningún tipo de asistencia médica. Los únicos tres sobrevivientes fueron trasladados al día siguiente a Puerto Belgrano, donde fueron intervenidos. La versión oficial del suceso indicaba que se había producido un nuevo intento de fuga, con 16 muertos y tres heridos entre los prisioneros, pero sin bajas en las filas de la Marina.

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