La primera fundación de Tucumán se produjo el 31 de mayo de 1565 por Diego de Villarroel. La historia indica que el primero que llegó a estas tierras desde el Perú fue Diego de Rojas, que no llegó a fundar ninguna ciudad ya que fue atacado por los aborígenes.
Años mas tarde Núñez de Prado fundo en territorio tucumano la ciudad de Barco I, pero tuvo problemas ya que estaba dentro de lo que correspondía a la Capitanía de chile, por lo que tuvo que dejar el lugar y trasladarse a las serranías salteñas donde fundó Barco II. Desde Perú le indicaron que era necesario que la ciudad este mas al sur y así fundo Barco III, pero Francisco de Aguirre llegó desde Chile y lo encarceló, corriendo la ciudad y fundando Santiago del Estero en 1553. Tiempo después Diego de Villarroel legó a las tierras del Tucumán y fundó en Ibatín, el 31 de mayo de 1565, San Miguel de Tucumán y Nueva Tierra de Promisión.
Esa primera ciudad tenía una traza fundacional de 7 manzanas, con la Iglesia Matriz en el centro y las iglesia de los mercedarios a pocas cuadras, y en los alrededores el árbol de la justicia y el convento. La ciudad sufrió varios ataques por parte de los indígenas, por lo que se decidió su traslado a la actual ciudad en 1685.
