El 18 de enero de 1983, cuando se avecinaba el fin del “Proceso” cívico-militar, moría el ex presidente Arturo Umberto Illia.
Nacido en Pergamino, provincia de Buenos Aires, el 4 de agosto de 1900, hijo de inmigrantes lombardos, cursó allí sus estudios primarios pero pronto se trasladó a la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires donde desarrolló los correspondientes al nivel secundario y luego, en la Universidad de Buenos Aires, donde cursó la carrera de medicina. Pero fue 1928 el año clave en su vida cuando tuvo la oportunidad de entrevistarse con el recién reasumido presidente Juan Hipólito Yrigoyen a quien le ofreció sus servicios profesionales recibiendo la propuesta de desempeñarse como médico ferroviario para lo cual había disponibilidades en numerosas ciudades entre las cuales Illia eligió Cruz del Eje, en la provincia de Córdoba.
Por esa ciudad se desempeño como senador provincial y luego vicegobernador. En la época de Perón fue diputado nacional y aunque salió electo gobernador, no pudo asumir por el Golpe de Estado del 62. Fue electo presidente en 1963. Al asumir la presidencia se encontró con la fuerte oposición del entonces proscripto peronismo, expulsó de Olivos al embajador de los Estados Unidos, Robert McClintock, quien se había convertido en un vocero de las empresas, y dio luz verde a leyes de Medicamentos y de Salario Mínimo, Vital y Móvil, los cambios generados en materia educativa y la posición adoptada en materia internacional fueron determinantes.
El 29 de junio de 1966 fue derrocado por un golpe militar encabezado por el teniente general Juan Carlos Onganía tras lo cual abandonó la Casa Rosada en un taxi y se instaló en la casa de su hermano en la localidad bonaerense de Martínez, para luego radicarse definitivamente en Cruz de Eje donde, al haber renunciado a la pensión de Presidente, consecuente con su tradicional austeridad, volvió a ejercer la medicina y luego atendió la panadería de un amigo, tarea en la que lo sorprendió la muerte, el 18 de enero de 1983.
Illia se fue sin nada del cargo, siempre honesto, siempre humilde hasta el extremo.
