Nace Encarnación Ezcurra, la esposa de Juan Manuel de Rosas

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    María de la Encarnación Ezcurra y Arguibel nació en Buenos Aires, 25 de marzo de 1795. Fue esposa de Juan Manuel de Rosas con el que contrajo matrimonio el 16 de marzo de 1813.

    Del matrimonio  tuvieron tres hijos: Juan Bautista quien, con los años, se casaría con Mercedes Fuentes Arguibel y sería padre de un gobernador bonaerense, Juan Manuel Ortiz de Rozas; María de la Encarnación, nacida el 26 de marzo de 1816 y fallecida al día siguiente; y Manuela Robustiana , apodada Manuelita, quien, al fallecer su madre, ejerció un rol relevante en el gobierno de su padre. Pese a la oposición paterna– se casó con Máximo Terrero, con quien tendría dos hijos, Manuel Máximo y Rodrigo Tomás. Además, el matrimonio Rosas-Ezcurra, apenas consumado, adoptó al recién nacido Pedro Rosas y Belgrano (29 de julio de 1813-26 de septiembre de 1863), hijo de Manuel Belgrano y de la hermana de Encarnación, María Josefa Ezcurra.​

    Desde ese momento se convertiría en la más fiel seguidora política de su marido, ayudándolo en las circunstancias más difíciles.​ Su rol  le aseguró a su esposo los 17 años de control después de 1835. Poco después, se creó la Mazorca, brazo armado de la Sociedad.​

    A partir de estos hechos, y del triunfo de su esposo en la Campaña al Desierto se le atribuyó el título de Heroína de la Santa Federación. ​ Es particularmente notable que en aquella época, signada de prejuicios y con nula participación femenina en la política, una mujer haya logrado tan altas responsabilidades. Sin embargo, su figura se vio opacada por ser la inspiradora de las vigilancias, persecuciones, acusaciones, encarcelamientos y demás actos de violencia cometidos por la temible Mazorca.

    Su muerte fue imprevista, a la edad de 43 años, probablemente a consecuencia de un paro cardiorrespiratorio o algo similar.​ Su defunción, sin embargo, estuvo cargada de un amplio duelo popular y político, a tal punto que 25 000 personas (sobre un total de 60 000 habitantes de la época) asistieron a su sepelio y a la procesión del féretro desde el Fuerte hasta el Convento de San Francisco.

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