El 7 de junio de 1936, falleció la artista tucumana Dolores Mora Vega, popularmente conocido como Lola Mora, a quien el propio Carlos Pellegrini había llamado «La madrina de la Patria».
Pobre, olvidada y afectada por una enfermedad que la privó de conectarse con la realidad en sus últimos años de vida, Lola Mora había conocido las mieles del éxito durante su juventud, relacionada, sobre todo, con el presidente Julio Argentino Roca, con quien (se decía) habría mantenido un vínculo tan cercano que fue el comentario obligado de la época.
Lola Mora fue escultora en tiempos en que no era habitual que una mujer se ocupara de esas cuestiones, al punto que se la consideraba «la primera mujer modeladora del país». Escandalizó a propios y ajenos por su costumbre de usar pantalones para trabajar, por haberse casado con un hombre mucho más joven que ella y por su posterior separación. En 1903, obsequió al Estado porteño la Fuente de las Nereidas (hoy, ubicada en la Costanera), que escandalizó por sus desnudos.
Autora de un conjunto de esculturas colocadas en el acceso al Congreso nacional, todas fueron retiradas cuando sus padrinos políticos cayeron en desgracia. Gravemente enferma, sin recursos económicos, un mes antes de su fallecimiento, el Congreso aprobó darle un subsidio de 300 pesos, el cual jamás llegó a cobrar. «El arte argentino pierde, con Lola Mora, a un conspicuo representante de la época inicial de su desarrollo», escribió este diario, al conocerse su fallecimiento.
Fuente: https://www.lanueva.com/nota/2011-6-7-9-0-0-la-muerte-de-lola-mora
