El 20 de septiembre de 1822, José de San Martín anunciaba su alejamiento del gobierno del Perú. Esta decisión la materializó dos meses después de la reunión que mantuvo con Simón Bolívar, a quién e cedió la iniciativa y conclusión de la campaña libertadora.
El 20 de setiembre de 1822, José de San Martín anunció su retiro del Perú y dejó el gobierno de ese país, que había liberado de los españoles un año antes.
San Martín había entrado triunfal en Lima en julio de 1821 y había sido nombrado Protector del Perú. Los españoles que estaban an la capital, se habían refugiado en el interior con la instención de atacar nuevamente a los revolucionarios para reconquistar el gobierno. Desde los países del norte, Simón Bolívar también luchaba por la libertad de Venezuela, Ecuador y Colombia, buscando unir todos los territorios en una gran nación Sudamericana.
Conciente que con su ejército no alcanzaba para derrotar a los españoles, San Martín fue al encuentro con Bolívar con el objetivo de pedir hombres y armas para encarar la batalla final, a lo que el venezolano se negó. Hubo una propuesta de unificar los ejércitos y que se unieran al mando de Bolívar, pero éste se negó aduciendo que nunca podría tener a un general de la calidad y capacidad de San Martín como subordinado.
Mientras tanto, durante la ausencia de San Martín, se producía en Perú la destitución de un hombre de su confianza, Bernardo de Monteagudo, y crecía el descontento. En carta a Bernardo O’Higgins del 25 de agosto San Martín manifestaba: “Ya estoy cansado de que me llamen tirano, que en todas partes quiero ser rey, emperador y hasta demonio. Por otra parte, mi salud está muy deteriorada. En fin, mi juventud fue sacrificada al servicio de los españoles, mi edad media al de mi patria, creo que tengo derecho de disponer de mi vejez”. San Martín tomaba así una drástica decisión: retirarse de todos sus cargos y dejarle sus tropas a Bolívar para que este concluyera la campaña de independencia.
